Ay...hermosa crónica María, hermosa, de la A a la Z... me quedé con la misma tristeza de cuando parte un micro y te lleva lejos del lugar dónd ela pasaste bien,sin ganas de salirme de ese mundo mágico , de libros y colores y chicos, pegotes, maestras con vocación, pueblos soleados ,caminos de tierra, cafecitos en la esquina, mates y barridas bien dispuestos, choferes gentiles, bibliotecarias con sonrisa,carteles de bienvenida,delicias caseras y la verdadera cultura dando vueltas. Una maravilla. Un beso. Ojalá sigas así.
querida maria: que belleza de viaje, que lugares..que magia , cuanto afecto, a mi, que tengo poquisima paciencia con los niños en general..se me puso la piel de gallina de la emocion!!!Una delicia!
Qué bueno, Diani, que este relato evocara otros. Un beso gigante.
Andrea, de verdad fue bello, emocionante. Y tanto maestras, directoras, como bibliotecarias, me ayudaron muchísimo, si no, habría sido imposible hacer talleres con tantos chicos. Un beso alegre por compartir.
Finalmente hoy pude sentarme, tranquilo, con unos mates, a leerme el diario de viaje. ¡Buenísimo! (Que lindo escribís) Me impactaron especialmente las fotos de la escuela de Cañada Seca, las de los chicos mostrando sus obras. Que personalidades se adivinan ahí... ¡Y que obras!
La verdad es que es precioso lo que cuentas, María. Las anécdotas y todas las enseñanzas y reflexiones que hiciste a partir de ellas. Muchas gracia spor compartirlo, de verdad. Nunca tuve la ocasión de impartir un taller. De hecho es algo que mis miedos desean que nunca nadie me lo ofrezca hacer, pero por otra parte sé que es algo imprescindible para aprender, puesto que el verdadero conocimiento no llega hasta el momento en el que uno lo transmite y lo comparte. Así que enhorabuena por tu valentía y, sobre todo, por tu actitud de superación y autocrítica ante las contrariedades a las que te enfrentaste. Besos con admiración.
Hola, Jacobo. Qué bueno que pasaras. Entiendo cuando decís que deseás que no llegue el ofrecimiento.. también sentía eso, casi pánico, creyendo que no tenía nada para dar... No sé si es impresindible dar talleres o charlas, no creo. Pero sí acercarse de algún modo a los lectores, escuchando, mirando o contestando. Esa parte, la de la charla, es rica, muy rica, y al menos a mí, es lo que menos me cuesta. Un beso grande.
Creo que al igual que los demas te diré que me ha gustado mucho leer esta crónica a modo de diario, en la que compartes la experiencia y el agetreo de unos días muy interesantes. Gracias por compartirlo María. Lo de los talleres de más arriba con la grieta muy bonito también. Me gusta mucho visitar la vaca de muchos colores, hacen cosas asombrosas. Saludos y a seguir disfrutando con las charlas y talleres igual que con los libros.
Trabajo como ilustradora de libros desde 1994. Desde entonces, ilustré muchísimos libros para editoriales de Argentina, México, España, Brasil y USA.
Como autora integral de libros álbum, publiqué en España “El poeta y el mar” y en Argentina, “Uno y Otro” y “Un señor en su lugar”, “Hay días”, y “Papá y yo, a veces”, premiados por ALIJA como Mejor Libro álbum 2006, 2010, 2012 y 2013 respectivamente. Junto a Iris Rivera, recibimos el premio a Mejor Libro Álbum y Gran Premio ALIJA 2009, por “Haiku”, libro que fue seleccionado entre los White Ravens 2011. En 2009 también recibí el premio ALIJA a mejor ilustración por “Rutinero”. Formé parte de la exposición de la Bienal de Bratislava en 2001 y 2007. En 2009 fui seleccionada para participar de la Muestra Internacional de la Feria de Bolonia e invitada a la de Sármede, Le Imagine della Fantasía.
11 comentarios:
Ay...hermosa crónica María, hermosa, de la A a la Z... me quedé con la misma tristeza de cuando parte un micro y te lleva lejos del lugar dónd ela pasaste bien,sin ganas de salirme de ese mundo mágico , de libros y colores y chicos, pegotes, maestras con vocación, pueblos soleados ,caminos de tierra, cafecitos en la esquina, mates y barridas bien dispuestos, choferes gentiles, bibliotecarias con sonrisa,carteles de bienvenida,delicias caseras y la verdadera cultura dando vueltas.
Una maravilla. Un beso. Ojalá sigas así.
querida maria: que belleza de viaje, que lugares..que magia , cuanto afecto, a mi, que tengo poquisima paciencia con los niños en general..se me puso la piel de gallina de la emocion!!!Una delicia!
Qué bueno, Diani, que este relato evocara otros. Un beso gigante.
Andrea, de verdad fue bello, emocionante. Y tanto maestras, directoras, como bibliotecarias, me ayudaron muchísimo, si no, habría sido imposible hacer talleres con tantos chicos. Un beso alegre por compartir.
¡Hola, María!
Finalmente hoy pude sentarme, tranquilo, con unos mates, a leerme el diario de viaje. ¡Buenísimo! (Que lindo escribís)
Me impactaron especialmente las fotos de la escuela de Cañada Seca, las de los chicos mostrando sus obras. Que personalidades se adivinan ahí... ¡Y que obras!
¡Ey, Esteban, gracias por pasar, y leer y decir! Salieron trabajos de verdad increíbles. Fue hermoso.
qué lindo, pero qué lindo que lo contás...!!!
me encantó leerlo, y ver las fotos....
te ves espléndida...!!!
1 beso
¡Qué lindo que leído también resulte lindo!
Dicho así, con esos signos, me siento un sol con tres rayitos. Gracias, con tres rayitos más.
La verdad es que es precioso lo que cuentas, María. Las anécdotas y todas las enseñanzas y reflexiones que hiciste a partir de ellas. Muchas gracia spor compartirlo, de verdad.
Nunca tuve la ocasión de impartir un taller. De hecho es algo que mis miedos desean que nunca nadie me lo ofrezca hacer, pero por otra parte sé que es algo imprescindible para aprender, puesto que el verdadero conocimiento no llega hasta el momento en el que uno lo transmite y lo comparte. Así que enhorabuena por tu valentía y, sobre todo, por tu actitud de superación y autocrítica ante las contrariedades a las que te enfrentaste.
Besos con admiración.
Hola, Jacobo. Qué bueno que pasaras. Entiendo cuando decís que deseás que no llegue el ofrecimiento.. también sentía eso, casi pánico, creyendo que no tenía nada para dar... No sé si es impresindible dar talleres o charlas, no creo. Pero sí acercarse de algún modo a los lectores, escuchando, mirando o contestando. Esa parte, la de la charla, es rica, muy rica, y al menos a mí, es lo que menos me cuesta. Un beso grande.
Creo que al igual que los demas te diré que me ha gustado mucho leer esta crónica a modo de diario, en la que compartes la experiencia y el agetreo de unos días muy interesantes. Gracias por compartirlo María. Lo de los talleres de más arriba con la grieta muy bonito también. Me gusta mucho visitar la vaca de muchos colores, hacen cosas asombrosas.
Saludos y a seguir disfrutando con las charlas y talleres igual que con los libros.
Gracias, Yolanda. Me alegra que lo disfrutaras. Fabiana (la vaca de muchos colores) es una persona muy linda, con una energía envidiable.
Un abrazo.
Publicar un comentario