16 de junio de 2011

Trabajando en equipo

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Fui invitada por Loymar, bibliotecaria de la escuela,
a dar tres talleres, cada uno con unos 120 chicos.
Así fue mi día de hoy en el colegio St. Mary of the Hills,
de San Fernando.
Dos talleres por la mañana y uno por la tarde.

Y aunque todavía no tengo fotos
de los momentos en que tarabajamos,
vale la pena ver los resultados finales.
La producción habla por sí misma.

En todos los casos
el trabajo al principio fue individual
para terminar en tres grandes obras colectivas.

La fiesta
de los Quintos y sextos grados,
donde se armaron situaciones muy divertidas.
Muchos DJ, muchas luces, disfraces, bailarines...
tenía hasta barra y sector fumadores,
y un choque... porque a esta fiesta, algunos llegaban en automóvil.



La carrera
de los Primeros y Segundos grados,
fue una carrera de animales.
Algunos se agruparon por especie,
otros corrieron en solitario,
muchos empezaron por la largada
y otros decidieron que el mejor lugar para estar, era la llegada.



Y la gran pirámide de equilibristas
de los Terceros y Cuartos grados,
princesas, sirenas, tiburones, equilibristas expertos,
payasos, unos cuántos bob esponja,
hombrecitos miniatura y más...
Empezamos por abajo para lograr un buen equilibrio,
y el problema fue que al final, todos querían estar en la punta.



Pasamos un lindísimo y productivo día.
Gracias, chicos.
Y gracias Loymar, por la invitación y por la ayuda.

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14 de mayo de 2010

Nuevo taller

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El día 5 de mayo,
convocada por el Fondo de Cultura Económica di un nuevo taller
en el marco de la Feria del Libro.

Nuevamente grandes y chicos trabajaron.





¡Gracias a todos los que participaron!

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Después me mudé al stand del FCE
para firmar ejemplares de Rutinero.
Aunque no se las ve, además de Lola Rubio,
me acompañaron dos queridas amigas:
Andre y Lore. ¡Gracias, chiquis!

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29 de noviembre de 2009

Rutinero en Rayuela

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El 13 de Noviembre estuve el la librería Rayuela, de La Plata,
ciudad que cada día se me hace más mía y querida,
donde de a poco fui sumando amigos,

donde cuando llego reconozco calles, árboles, plazas, esquinas y olores.

Llovía a cántaros cuando Lola Rubio pasó a buscarme y salimos de Capital.
Pensamos, o yo pensé, que no iría nadie.
A pesar de que salimos con tiempo como para llegar temprano,
el tránsito y la lluvia nos jugaban en contra.

Así y todo, entramos a la librería a la hora acordada para charlar y hacer el taller.
Había unos cinco chicos y algunos padres.
La lluvia paró y les pedimos a los que estaban que aguantaran un poquito.
Aguantaron.

Empezamos más tarde, con los que estaban.
Al rato se fue sumando gente .


La charla:
Lola presentó a Rutinero y les explicó un poco a los chic
os
qué era eso de "presentar" un libro.

Yo les conté un poco de la forma en que trabajé y,
como otras veces, mostré bocetos, algunos originales,

y les hablé de la técnica que usé para ilustrar este libro.

El taller:
Al rato, todos pusieron manos a la obra,
chicos y grandes.

Papeles, plasicola y ganas de hacer.

Acá algunas fotos de ese buen rato que pasamos juntos.

Y 1 y 2 videitos.

Me dio muchísima alegría ver que los adultos
se engancharon a trabajar tanto como los chicos.


Hubo despedida con bombones, besos y abrazos de distintos tamaños.
El abrazo más grande me lo dio el más chico de todos,
y como si fuera poco, me regaló un beso y un piropo
que me colgó una sonrisa para el resto del día:
¡Chau, princesa!
Y lo más lindo de todo, fue que ese chiquitín, al principio,
no quería trabajar porque no quería ensuciarse los dedos.
Es el que está en la foto de acá arriba,
sobre la falda de su hermosa mamá, con su trabajo en la mano.

¡Lola me regaló una violeta de los alpes que no para de dar flores!

Otra vez, gracias.
A Rosa de Rayuela, a Lola del Fondo de Cultura,
y a los padres, abuelos, maestros y chicos
que a pesar de la lluvia, se acercaron a comartir ese rato
y me regalaron tanto entusiasmo.

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10 de octubre de 2009

Charla de ilustradores con los alumnos de la Escuela ORT

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El lunes 5, inauguró una muestra de ilustraciones publicadas
exclusivamente para alumnos de la carrera de Diseño Gráfico
de la Escuela secundaria ORT.

A partir de esta muestra,
fuimos invitados por la Escuela a dar una charla.

En las fotos, de izquierda a derecha:
Leo Batic, Carolina Farías, Leicia Gotlibowsky, yo,
Claudia Degliuomini, Sonia Esplugas, Virginia Piñón y Alexiev.

Fue interesante,
ya que casi todos los que participamos de la muestra,
hablamos un poco de nuestro trabajo.
Cada uno de nosotros planteó un tema diferente
ilustrándolo con imágenes que se proyectaban simultáneamente.
Algunos de los temas que se tocaron fueron:
las dificultades a la hora de realizar una tapa o
un libro entero, el planteo de personajes,
la relación con editores y autores de textos,
las diferencias entre encargos y proyecto propio,
o entre libros de texto (escolares) y libro álbum,
documentación y técnicas.
Luego de que cada uno de nosotros habló,
a partir de las preguntas del público (en su mayoría estudiantes),
hubo intercambio.

El resultado fue sorprendente,
ya que si bien muchos de nosotros
habíamos hablado anteriormente en público
de nuestro trabajo ,
la posibilidad de hacerlo juntos, nos enriqueció.

Participamos de la muestra:
Alexiev Gandman, María Jesús Alvarez, Leo Batic,
Valeria Cis, Claudia Degliuomini, María Paula Dufour,
Sonia Esplugas, Carolina Farías, Leicia Gotlibowsky,
Virginia Piñón y yo.

Mi agradecimiento a la gente de la Escuela Ort,
y a Alexiev, quien se encargó de organizar la movida.
También gracias al resto de mis colegas
que participaron y trabajaron para que todo saliera bien.

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2 de octubre de 2009

7º Maratón de Lectura - Fundación Leer

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Hoy
no hicimos saltar candados,
no liberamos a osos ni leones,
pero tal vez sí,
dejamos una ventana abierta.

Imagen de contratapa de "Rutinero"
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Viernes por la mañana.
Lugar: El Jardín Zoológico,
¡al aire libre!
Clima: templado y soleado,
un típico y hermoso día de primavera porteña.


Dentro del marco de la 7ª Maratón de Lectura,
organizada por la Fundación Leer,
fui invitada por el Fondo de Cultura
para charlar con chicos de distintas escuelas
sobre mi trabajo .

A las 9.30 hs. me esperaba Lola Rubio,
directora del área Infantil y Juvenil de l Fondo,
y con Lola esperamos a Daniela Magnone (narradora).

Estuvimos en la inauguración, en la que hablaron, Fernado Bravo,
Patricia Mejalelaty -directora de la Fundación Leer-,

Alberto Sileoni -Ministro de Educación- y Canela, que leyó un cuento.
Nik y algunos chicos hizaron las banderas.


Luego, cada uno a su puesto.
A Daniela, le tocó estar junto al oso pardo,

y mí me en el puesto 19, junto a los elefantes.


Los chicos hacían postas de un puesto a otro,
20 minutos en cada uno.
A mi puesto, llegaron tres grupos diferentes,
a lo largo de la mañana.
Cada grupo fue distinto, más o menos charlatanes,
más o menos participativos, más chicos o más grandes.
El último, el más numeroso,
con chicos de primero y segundo grado.




LLevé bocetos y pruebas de "Rutinero" y de "Las peregrinas del soyfuiseré"
y también algunos originales.


Traté de aprovechar ese rato para contarles a los chicos
cómo es mi trabajo, desde la lectura de un texto
hasta llegar a hacer los originales
y luego ver el libro impreso.
Les conté algo de la búsqueda de personajes,
de los ensayos y los errores, y se los mostré
(había llevado dos grandes carpetas llenas de dibujos).

También les mostré algunos de los materiales que uso.

Aquí hay un video que filmó Lola,
donde les cuento cómo preparo los papeles para hacer collage.




Y por supuesto tenían los libros
que llevó Lola para mirar.

Parte de lo que compartí fue que viesen (y buscaran ellos)
los cambios que hubo en los personajes y otros dibujos,
desde las primeras ideas hasta llagar al original.

¡Todos querían tener un dibujo en la mano!

Al final, nos hicieron un lindo regalo
y también nos convidaron con café y medialunas.


¡No daban ganas de irse!
Gracias a Lola por invitarme,
gracias a los chicos que participaron, a los maestros,
y toda la gente de la Fundación Leer.
¡Que se repita!

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6 de diciembre de 2008

Taller en El Galpón

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El Galpón, es El Galpón de Encomiendas y Equipajes,
en La Plata,
lugar físico donde trabaja el Grupo La Grieta.


A lo largo de una semana (del 29 de noviembre al 6 de diciembre)

festejaron un año más de trabajo.
Qué mejor manera de hacerlo que con exposiciones y talleres.

Dentro de estos festejos, fui invitada a dar un taller de collage.
Esto fue el sábado 29 por la mañana.

Un día bochornoso,
con un cielo que amenazaba caerse y no caía, hasta que cayó.
El diluvio me atrapó al regresar,
a una cuadra de casa comprando facturas.
Me hice sopa.

Dos papelitos negros y una hoja blanca cada uno.

Chicos y grandes, compartiendo dos mesas de trabajo.
Silencio y concentración.
Y se hizo la magia.


Almuerzo: ensaladas y cerveza,
y el deseo de un viento fresco que no llegó.


Fabi y yo. Vaya a saber qué nos sorprendió.

Gracias a todos los que participaron,
cebaron mate, convidaron galletitas,
y a Paula Giorgi y a Fabiana di Luca por las fotos y la compañía.


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30 de septiembre de 2008

En el partido de General Villegas

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Nota:
Armé esta especie de diario de forma que se pueda leer como cualquier otra página,
de arriba hacia
abajo, de lunes aviernes.
Pueden agrandar todas las imágenes, haciendo clic en ellas.

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El principio


Hace un tiempo, se contactó conmigo Mercedes Tassi,
de la Biblioteca D. F. Sarmiento de
General Villegas,
para invitarme a dar talleres allí

y en otros pueblitos del partido,
y
también para que formase parte del jurado del concurso de dibujo y collage
Sueño de
barrilete.
Después de varios correos, quedamos en que iría en Septiembre.
A partir de ahí, mi contacto
fue con Carolina Loyarte,
coordinadora de la Hora de cuento de la Sala Infantil de la
Biblioteca.

Lo aprendido, lo vivido.
Soy novata dando talleres (esta, es mi tercera vez). Pero lo vivido estos días
me confirmó algo que intuía: No
hay reglas.
Tal vez un plan, y algunas alternativas. Un plan lo suficientemente amplio
y
dócil, que a uno le permita adaptarse a situaciones diversas.
Aprendí que lo mejor es estar abierto, blando y dispuesto, y mirar,
y escuchar, y hacer
camino al andar.

Tropecé también, ya que en la primera lectura de Pájaro negro, pájaro rojo,
percibí silencios
de impaciencia, pero también aprendí.
Así fue como al siguiente taller, traté de cambiar el
ritmo y,
si bien leí partes, otras las narré. Todo un tema, ya que no soy narradora.
Pero los
chicos son generosos, y en cuanto se sienten cómodos te lo hacen saber.
De ahí en más, la narración fue cada vez más fluida.
Conté y mostré los dibujos, y llegué a
sentir ese hermoso silencio,
el expectante, el de querer saber cómo sigue.



El plan era…
Leer Pájaro negro, pájaro rojo. Después, según las edades de los chicos,
contarles un poco mi
forma de trabajo, mostrándoles bocetos en todas las instancias,
pruebas de color, descartes y
originales. Y al final, hacer un taller de collage:
manos (nada de tijeras), papeles y
plasticola.

Como decía antes, ese era el plan.
Más adelante (más abajo), cuento un poco cómo se dieron
las cosas en cada lugar.

El taller de collage

Se forman rondas de más o menos 8 chicos.
Les damos (estavez, Caro y las maestras me ayudan) un
potecito con plasticola
y varios papeles de distintos colores, todo esto para compartir.
Cada
uno recibe una hoja blanca y un trocito de papel barrilete (o el que haya).
La propuesta es
mirarlo, darlo vueltas hasta descubrir en él, una forma,
una parte de un todo…. Tal vez una
oreja, un pie, un ala.
Una vez descubierta esa forma, pegan el trocito de papel en la hoja y,

con nuevos pedazos -de los otros papeles de colores-
que cortan a mano, empiezan a completar
la imagen.

Intermedio
Salir de la Capital, pasar al otro lado de la General Paz,
hacer unos kilómetros más, salirse
de la ruta,
recorrer caminos de tierra y llegar a la única escuela de un pueblo
donde las
paredes cuentan lo que no dicen las sonrisas ni los abrazos, hace pensar.

Una anécdota
Al finalizar uno de los talleres,
una mujer (hermosa) se me acercó y me dijo
aunque no haya
sido exactamente con estas palabras, algo así:
- ...los chicos a los que más les cuesta el estudio,
son los que hicieron los trabajos más
creativos…-
A lo que respondí muerta de risa: - Yo era de esos; un desastre…-

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Lunes 22

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20 hs.
El micro llega a General Villegas antes de lo previsto.
Viene a buscarme Caro (Carolina Loyarte).
Dejamos mis cosas en el hotel y vamos a cenar a “La esquina”
- lugar donde cenaré todas las noches-, a conocernos y a seguir intercambiando
ideas de los talleres con los que empiezo mañana.

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Martes 24

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9 hs.
Después de muchos cafés
(la ansiedad hizo que me despertara muy temprano),
llega Caro con el remise que nos va a llevar a Banderaló.

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9.30 hs.
Llegamos a Banderaló.
Nos espera la bibliotecaria de la escuela.
Mientras las maestras terminan de acomodar la sala,
charlamos y preparamos los materiales en la biblioteca.
Nos convidan con café (más café) y facturas.
Me siento cómoda, contenta y un poco nerviosa.
Es el primer taller de muchos, también es la primera vez
que me embarco en la lectura de un cuento.
Me preocupa que sea demasiado largo para los más chicos.

Serán dos talleres, con dos grupos de chicos diferenciados por edades.
Aunque estoy un poco nerviosa (ya lo dije), tengo muchas ganas de empezar.

Entro en la sala, miro el cartel que hicieron
anunciando mi llegada, sonrío, me presento.

Charlamos. Los chicos me cuentan qué libros míos vieron,
preguntan, contesto y nos vamos haciendo amigos.

Leo Pájaro negro, pájaro rojo.
Si bien escuchan con atención, percibo en el aire cierta impaciencia.

Agilizo el ritmo, agrego onomatopeyas y llego al final del cuento.
No sé si hubo aplausos, creo que sí.
Pero haber concluido la primera lectura y ver las caritas sonrientes de los chicos,
y escuchar un “sí” laaaaaaargo
como respuesta a mi pregunta de si les gustó, me afloja.


Ahora sí, pienso. Saco de mi carpeta bocetos, originales, pruebas y el barrilete.
Les muestro todo y los miro. El bullicio me hace sentir cómoda.

¿Quieren trabajar? Pregunto. Otro sí largo y manos a la obra.

Todos al piso.


Varias rondas, cada una alrededor de un pote de plasticola
y varios papeles de
colores.
En un rato, los papeles de colores se transforman,
las caras de los chicos y la mía también.





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Cuando terminaron los talleres, Raúl, poeta y periodista,
me hizo una entrevista (telefónica)
para la radio local.

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12.30hs. más o menos
Hora de almorzar.
Hay un sol hermoso. Se siente la primavera.
Caminamos dos cuadras hasta el comedor.
¡Comida casera: matambre, ensalada rusa, fideos y estofado!
¡Hasta la mayonesa! Comí un poco de todo.
Imposible resistir a esas delicias.

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13.30 hs.

Nuevamente el remise nos busca para llevarnos a Villa Sauze.
El conductor es un señor amable que todas las veces
baja del auto para abrirnos la puerta.
Nosotras, cargadas con libros,
carpetas y las camperas (la temperatura aumentó notablemente).


En el camino, Caro se comunica con la escuela, con la biblioteca,
y otra vez con la escuela.
No sabemos qué materiales tienen para trabajar.
Empiezo a tirar ideas alternativas y ahí nomás

me entero de que no van a ser un grado ni dos
sino toda la escuela primaria (polimodal) y todos los chicos de jardín.
No me inquieta, le digo a Caro que ahí vamos a ver qué y cómo.


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Cerca de las 14 hs.
Entramos en el pueblo. Villa Sauze. Las calles son de tierra.
En el tramo final, al cruzar la vía abandonada, pienso con pena y digo,
cómo habrá sido este pueblo cuando llegaba el tren.
El chofer y Caro me cuentan otra historia,
de cómo queda aislado el pueblo con las inundaciones.
Difícil imaginar ahora con tanta sequía.


La escuela
La directora se acerca a la puerta a recibirnos.
En el pasillo de entrada hay varias mujeres sentadas,

algunas con chiquitos sobre la falda.
Son madres de alumnos que también vinieron a escuchar.

Camino a la dirección nos dicen lo que supe un rato antes,
que van a estar todos los chicos de la escuela (de 3 a 14 años),
que todos me quieren conocer y que están llenos de preguntas…
Los tiempos no dan para separar en grupos y dar más de un taller.

Propongo que si eso es de lo que tienen ganas, hagamos charla y que si se da,
les cuento un poco de cómo trabajo y les muestro el material que traje.
Después, hacemos taller con lo que haya.


Y empiezan a llegar los chicos al patio.
Y ahí veo la mesita que me armaron, y los barriletes, y la planta.
Me presentan y escucho con timidez.



Ahora me toca el turno. Se hace silencio.
Empiezo ¿alguien quiere preguntarme algo?
De poco se van levantando algunas manos,
y asoman algunas voces que animan a otras,

y en un ratito se transforma en una charla de la que participan todos,
chicos chiquitos y chicos grandes, maestras y madres.
Siento alegría y emoción, se refleja en mi cara con una enorme sonrisa.

Como en los otros talleres, a partir de algunas preguntas,
abro la carpeta y empiezo a desparramar dibujos, para que los chicos vean, toquen.

Las maestras y la directora trajeron papeles.
Resma tenían y algunas plasticolas también.







El cierre: tortas hechas por los chicos y pedidos de autógrafos.
Me entusiasmo y les hago algunos dibujitos.

Otra anécdota:
Como otras veces, pensaron que yo era la poeta María Wernicke,
de quien me siento orgullosa de ser sobrina.
Pero tuve que aclarar que ella estaba casada con mi tío, hermano de papá,
y que tomó el apellido "prestado". Su nombre completo:
María de la Asunción Barbadillo de Wernicke. Comprensible... demasiado largo.

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La noche: Cena con Nieves, directora de la Biblioteca.
Charlamos de todo, pasando como si
nada de la soja a la pesca.
Como a mí, le encantan las pastas.

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